El presidente de Ryanair, entra en un pub y pide una Guiness. “Un euro”, le dice el camarero. “¡Qué barato!”, piensa para sus adentros mientras deja la moneda encima de la barra.

“Perdón, pero si no ha traído su propio vaso son dos euros más”, le advierte el dependiente.

O’Leary saca refunfuñando las monedas, coge la jarra y se encamina hacia una de las mesas del local cuando la voz le interrumpe de nuevo: “Si se va a sentar, tendrá que añadir un extra de tres euros y, como no ha reservado asiento, deberá pagar otros dos euros más”.

Sentado en la mesa, decide coger una de las patatas fritas que encontró en un bol: «El camarero inmediatamente le paso una nota de caja para que abonase 1 euro». Todo esto mientras camareros del pub le abordaban de manera continuada para venderle rifas para diferentes concursos.

En un momento determinado, O’Leary tuvo que usar los servicios del pub, por lo que se le cargaron 3 euros a su cuenta, que por supuesto podría abonar con su tarjeta de crédito, para lo que tuvo que abonar un recargo de 16 euros.

El ejecutivo irlandés, muy mosqueado, se acerca al dependiente y le espeta: “¡Esto es un abuso!, quiero hablar con el responsable del pub”. El camarero le sonríe: “Solo puede contactar por correo
electrónico, en español y con la certeza de que no resolveremos sus problemas».

Por cierto, si no va a lavar el vaso son dos euros más. Y, por favor, recójalo todo antes de marcharse”. A su salida vio como el dueño de este pub, se mofaba de la competencia, utilizando un ridículo disfraz con el que se paseaba por la puerta de sus competidores al mismo tiempo que trataba de publicitar su local cuando algún fotógrafo de un periódico local se hacía eco de este comportamiento.

Categories:

Tags:

Comments are closed