Las Navidades, o las odias o las amas, o eres el duendecillo de Papa Noel, o Sr Scrooge. Se acercan estas fechas, en las que ambas posturas se radicalizan a un más. La idea filosófica que subyace a este deseo de celebrar cada pequeña cosa que ocurre, es importante. La felicidad, o es un sentimiento, es una decisión. Celebrar, no es ser superficial y consumista, es plantar cara a la adversidad. No es justo que por nosotros hayamos desvirtuado las fiestas y las hayamos llevado a extremos, las denostemos.

La Navidad es maravillosa. Porque si: aunque siempre hay un para que, no siempre tenemos que darle tantas vueltas a las cosas. Porque es tiempo de vivir en familia: de compartir, de recordar más especialmente a los que ya no están, de reír juntos o de llorar…pero también juntos. Por las tradiciones: propias y populares. Pro que las tradiciones vienen cargadas de historia, y de enseñanzas preciosas. Si no compartes las establecidas, crea las tuyas propias. Por la belleza: Porque alma se alegra al rodearse de cosas bellas, de luces, de colores, de sonrisas infantiles. Porque se respira la ilusión: hay miles de niños que viven estas fechas con una ilusión, fe y creencia en que los milagros existen que, si te dejas, es imposible no contagiarse. Nunca encontraras tanta energía positiva junta. Por los cambios: que siempre, siempre son para bien. Porque todos somos más amables: Nos felicitamos, besamos y mandamos buenos propósitos más que en ninguna época del año. Por la sonrisa de los niños: por vivir a su lado estos ratitos mágicos. Por las vacaciones: el relax en los horarios y las rutinas. ¡Y desde luego, por la comida y por el Roscón de Reyes!!!

Se que las navidades pueden ser una época de falsedad, de despilfarro, con gente que te cae mal, de egoísmo y de hipocresía, pero ojo, eso no es la navidad, eso es la gente. Las cosas no son las hacemos, y si tú haces de estas fiestas un momento de felicidad, de recordar cosas bonitas, de compartir con quien realmente quieres compartir, de ser generoso, de dar y recibir, saldrás de ellas con una fuerza. El tiempo pasa, y muy rápido, no te arrepientas jamás de haber dejado pasar la oportunidad de ser feliz. Puede que las circunstancias no acompañen, por diversos motivos, pero la vida nunca será perfecta, o mejor dicho, la vida de por sí ya es perfecta en sí misma, nosotros le ponemos los demás objetivos. ¿Cuál vas a ponerle tu a tú Navidad?

 

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