La pregunta tendría fácil respuesta si el niño ha suspendido alguna asignatura… ¡Sí! El suspenso no solo es un fastidio para los hijos: los padres se ven inmersos en en el problema y deben estar pendientes del trabajo del pequeño en una época en la que es el doble de fácil que se despiste, ya que todos sus amigos/as están disfrutando de tiempo libre.
Para superar este problema es conveniente que tener un horario establecido para repasar aquellos conocimientos que no ha adquirido durante el curso escolar y afianzar aquellos que tenga flojos. El tiempo de estudio se debe consensuar con el niño, tanto la duración, que dependerá del número de asignaturas suspensas, como de la hora, para que de esta manera se sienta responsable. Una vez establecido el horario, hay que cumplirlo a rajatabla.
Yo recomendaría una buena academia o un buen profesor de apoyo. Este maestro puede dar una guía fiable acerca del tiempo que ha de dedicar el alumno a cada asignatura para poder superarla. Una vez cumplida la obligación, también es importante que tenga también tiempo para bañarse, para disfrutar, pero siempre tras haber cumplido con el estudio.
¿Cómo es más interesante que estudien los niños, solos o con los padres?
Dependiendo de la edad. Si a partir de primaria el niño ha suspendido un profesor le debe atender para recuperar esas asignaturas, porque los padres o bien no están cualificados o pierden la paciencia con facilidad. Además, el exceso de confianza hace que los niños no se centren, gasten bromas o hablen de cualquier cosa menos de lo que toca: el tema de estudio. Lo que sí es importante es que los padres hagan un estrecho seguimiento de las clases particulares y la evolución del niño. Hay que remarcar que una asignatura se aprueba día a día. Las sorpresas desagradables de septiembre en la inmensa mayoría de los casos son de todo menos sorpresas, ya que siempre se ven venir.
¿Y si los niños han aprobado todo? ¿Deben estudiar? ¿O repasar?
Para los niños que han aprobado con que hicieran solo una cosa sería suficiente ¡LEER!
Es un método divertido para aprender cosas nuevas y desarrollar la imaginación lo que les favorecerá para conseguir un buen nivel de estudio y adquisición de nuevos conocimientos. Leyendo amplían su vocabulario y disminuyen las faltas de ortografía. Leer es el mejor repaso.
Cuando los niños tras finalizar el curso escolar han aprobado todo, es recomendable realizar actividades lúdicas con las que aprenderán pero al mismo tiempo serán entretenidas.
Los niños deben leer libros según su edad. Cuando le damos a un niñ@ literatura que no corresponde a su edad o su madurez puede ser contraproducente, provocando que le tome manía y no le guste leer. Cada libro tiene un público que viene recomendado muchas veces en el propio libro o las propias librerías clasifican los libros en los estantes por edades.
Para los más pequeños lo mejor es aprender jugando, colorear y que los padres les cuenten historias como iniciación a la lectura, para que se apasionen con las historias y se motiven en leerlas por sí solos.
Y, por supuesto, es importantísimo que los padres jueguen con ellos a cualquier cosa que les guste. El verano es un tiempo estupendo para compartir con ellos.
Cuando los niños vuelven del verano, ¿Cómo llegan a las clases?
En principio los niños llegan muy jubilosos y bastante despistados porque tienen que adaptarse de nuevo a una rutina que han dejado de hacer durante dos meses. Por eso, en todos los colegios durante los primeros quince días los profesores se dedican a repasar incluso temas del año anterior para que el niño vaya entrando poco a poco en la dinámica de la clase.
Comments are closed